PENSAMIENTOS Y FRASES CÉLEBRES SOBRE EL TEATRO

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Mensaje del Día Mundial del Teatro - 27 de Marzo de 2017

"Así que, aquí estamos una vez más. Reunidos de nuevo en la primavera, 55 años desde nuestra reunión inaugural, para celebrar el Día Mundial del Teatro. Sólo un día, 24 horas, se dedica a celebrar el teatro en todo el mundo. Y aquí estamos en París, la ciudad principal del mundo para atraer a grupos teatrales internacionales, para venerar el arte del teatro. París es una ciudad mundial, apta para contener en un día de celebración, las tradiciones del teatro mundial; desde aquí en la capital de Francia, podemos transportarnos a Japón experimentando el teatro Noh y Bunraku, trazar una línea desde aquí a pensamientos y expresiones tan diversas como la Ópera de Pekín y Kathakali; el escenario nos permite permanecer entre Grecia y Escandinavia mientras nos envolvemos en Esquilo e Ibsen, Sófocles y Strindberg; nos permite volar entre Gran Bretaña e Italia mientras reverberamos entre Sarah Kane y Prinadello. En el curso de estas veinticuatro horas podemos ir de Francia a Rusia, de Racine y Moliere a Chejov; incluso podemos cruzar el Atlántico como un rayo de inspiración para servir en un Campus en California, atrayendo a un joven estudiante allí a reinventarse y hacerse un nombre en el teatro. De hecho, el teatro tiene una vida tan próspera que desafía el espacio y el tiempo; sus piezas más contemporáneas se nutren de los logros de los siglos pasados e incluso los repertorios más clásicos se vuelven modernos y vitales cada vez que se representan de nuevo. El teatro renace siempre de sus cenizas, mudando sólo sus convenciones anteriores en sus nuevas formas: así es como se mantiene vivo.
El Día Mundial del Teatro obviamente no es un día cotidiano para ser integrado con el discurrir de los demás días. Nos da acceso a un inmenso espacio-tiempo continuo a través de la pura majestuosidad del canon global. Para tener la capacidad de conceptualizar esto, permítanme citar a un dramaturgo francés, tan brillante como discreto, Jean Tardieu: al pensar en el espacio, Tardieu dice que es sensato preguntar "¿cuál es el camino más largo de uno a otro?"...Sugiere medir el tiempo "en décimas de segundo, el tiempo que se tarda en pronunciar la palabra 'eternidad' "... Para el espacio-tiempo, sin embargo, dice: "antes de que te duermas, fija tu mente en dos puntos del espacio y calcula el tiempo que toma, en un sueño, ir de uno a otro”. Es la frase en un sueño la que siempre se ha quedado conmigo. Parece como si Tardieu y Bob Wilson se hubieran conocido. También podemos resumir la singularidad temporal del Día Mundial del Teatro citando las palabras de Samuel Beckett, que hace que el personaje de Winnie diga, en su estilo expeditivo: "Oh, qué hermoso día habrá sido". Al pensar en este mensaje, que me siento honrada de haber sido invitada a escribir, recordé todos los sueños de todas estas escenas. Como tal, es justo decir que no vine sola a esta sala de la UNESCO; cada personaje que he interpretado está aquí conmigo, papeles que parecen desvanecerse cuando cae la cortina, pero que han tallado una vida subterránea dentro de mí, esperando para socorrer o destruir los papeles que siguen; Phaedra, Araminte, Orlando, Hedda Gabbler, Medea, Merteuil, Blanche DuBois ... También, complementándome mientras estoy hoy ante ustedes, están todos los personajes que amé y aplaudí como un espectadora. De esta forma, por lo tanto, pertenezco al mundo. Soy griega, africana, siria, veneciana, rusa, brasileña, persa, romana, japonesa, una newyorquina, una marsellesa, una filipina, una argentina, una noruega, una coreana, una alemana, una austriaca, una inglesa – una verdadera ciudadana del mundo, por virtud del ensamblaje personal que existe dentro de mí. Ya que es aquí, en el escenario y en el teatro, donde encontramos la verdadera globalización.
Laurence Olivier anunció en el Día Mundial del Teatro en 1964 que, después de más de un siglo de lucha, se acababa de crear un Teatro Nacional en el Reino Unido, al que inmediatamente quiso transformar en un teatro internacional, al menos en términos de su repertorio. Sabía muy bien que Shakespeare pertenecía al mundo. Al investigar la escritura de este mensaje, me alegró saber que el mensaje inaugural del Día Mundial del Teatro de 1962 fue confiado a Jean Cocteau, un candidato apropiado debido a su autoría del libro 'Around the World Again in 80 Days' (Alrededor del mundo otra vez en 80 días). Esto me hizo darme cuenta de que he ido alrededor del mundo de una manera diferente. Lo hice en 80 representaciones o en 80 películas. Incluyo películas en esta celebración ya que no hago distinciones entre interpretar en el teatro o interpretar en películas, lo que incluso me sorprende cada vez que lo digo, pero es cierto, así es, no veo diferencia entre los dos.
Hablando aquí no soy yo misma, no soy una actriz, soy una de las muchas personas que el teatro usa como un conducto para existir y es mi deber ser receptivo a esto - o, en otras palabras, nosotros no hacemos que el teatro exista, es más bien gracias al teatro que existimos. El teatro es muy fuerte. Resiste y sobrevive a todo, guerras, censores, penuria. Basta con decir que "el escenario es una escena desnuda de un tiempo indeterminado" - todo lo que necesita es un actor. O una actriz. ¿Qué van a hacer? ¿Qué dirán? ¿Hablarán? El público espera, lo sabrá, porque sin el público no hay teatro - nunca lo olvidéis. Una sola persona es ya una audiencia. Pero ¡esperemos que no hayan demasiados asientos vacíos! Las realizaciones de las producciones de Ionesco están siempre llenas, y él representa este valor artístico franco y hermoso teniendo, al final de una de sus obras, una la vieja señora que dice; "Sí, sí, muere en plena gloria. Muramos para entrar en la leyenda... al menos tendremos nuestra calle... "
El Día Mundial del Teatro lleva 55 años existiendo. En 55 años, soy la octava mujer en ser invitada a pronunciar un mensaje - si se puede llamar a esto un "mensaje" -. Mis predecesores (oh, cómo se impone la masculinidad de la especie) hablaron del teatro de la imaginación, la libertad y la originalidad para evocar la belleza, el multiculturalismo y plantear preguntas sin respuesta. En 2013, hace apenas cuatro años, Darío Fo dijo: "La única solución a la crisis radica en la esperanza de la gran caza de brujas contra nosotros, especialmente contra los jóvenes que quieren aprender el arte del teatro: así una nueva diáspora de actores surgirá que indudablemente extraerán de esta limitación beneficios inimaginables al encontrar una nueva representación”. Beneficios inimaginables - suena como una buena fórmula, digna de ser incluida en cualquier retórica política, ¿no les parece? ... Como estoy en París, poco antes de una elección presidencial, quisiera sugerir que aquellos que aparentemente anhelan gobernarnos deben ser conscientes de los beneficios inimaginables que produce el teatro. Pero también me gustaría destacar, ¡no a la caza de brujas!
El teatro representa para mí el otro en su diálogo y es la ausencia del odio. "Amistad entre los pueblos" – ahora, no sé mucho sobre lo que esto significa, pero creo en la comunidad, en la amistad entre espectadores y actores, en la unión duradera entre todos los personas que el teatro reúne - traductores, educadores, diseñadores de vestuario, artistas de escena, académicos, profesionales y audiencias. El teatro nos protege; nos da cobijo... Creo que el teatro nos ama... tanto como lo amamos nosotros... Recuerdo un director de escena para el cual trabajé, que, antes de que subiera la cortina nocturna gritaba, con plena firmeza de garganta "¡Hagan espacio para el teatro!" – y éstas serán mis últimas palabras esta noche."
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"¿Necesitamos Teatro? Esa es la pregunta que surge en miles de profesionales del Teatro decepcionados y en millones de personas cansadas de él. ¿Qué necesitamos de él? Hoy en día la escena es tan insignificante, en comparación con las ciudades y estados donde se juegan auténticas tragedias de la vida real. ¿Qué es él para nosotros? Galerías y balcones, bañados de oro y plata; en las salas, sillones de terciopelo, actores de voces bien pulidas o viceversa, algo que puede lucir aparentemente diferente: cajas negras, manchadas de barro y sangre, con un montón de cuerpos desnudos rabiosos al interior. ¿Qué está dispuesto a decirnos? ¡Todo! El Teatro puede decirnos todo. Cómo los dioses habitan en el cielo, y cómo los presos languidecen en cuevas subterráneas, olvidadas, y cómo la pasión nos puede elevar, y cómo el amor puede destruir, y cómo nadie necesita una buena persona en este mundo, y cómo reina la decepción, y cómo la gente vive en apartamentos, mientras que los niños se marchitan en campos de refugiados, y cómo todos tienen que volver de nuevo al desierto, y cómo día tras día nos vemos obligados a apartarnos de nuestros seres amados, el teatro puede decirnos todo. El Teatro siempre ha estado y siempre permanecerá. Y ahora, en estos últimos cincuenta o setenta años, es particularmente necesario. Porque si usted ve todas las artes públicas, puede observar de inmediato que sólo el Teatro nos da una palabra de boca en boca, una mirada de ojo a ojo, un gesto de mano en mano y de cuerpo a cuerpo. No necesita ningún intermediario para trabajar entre seres humanos, constituye el lado más transparente de la luz, no pertenece más al sur, o al norte o al este u oeste, oh no, es la esencia de su propia luz, brillando desde todos los rincones del mundo, inmediatamente reconocible por cualquier persona, ya sea hostil o amigable hacia él. Y necesitamos Teatro que permanece siempre diferente, necesitamos teatro de muchas formas diferentes. Aún así, creo que entre todas las formas de Teatro posibles, sus formas arcaicas demostrarán ahora ser las de mayor demanda. El Teatro de formas rituales no debe oponerse artificialmente al de naciones "civilizadas". La cultura secular está siendo cada vez más castrada, la llamada "información cultural" sustituye gradualmente y suplanta entidades simples, así como nuestra esperanza de cumplirles un día. Pero puedo ver claramente ahora: el teatro está abriendo sus puertas de par en par. Entrada gratuita para todos y cada uno. Al diablo con aparatos y dispositivos, ¡ir al teatro!, ¡ocupar filas enteras de butacas en las galerías, escuchar la palabra y mirar imágenes en vivo! El Teatro está frente a usted, no lo descuide y no se pierda la oportunidad de participar en él, tal vez la más preciosa oportunidad que tenemos en nuestras vanas y apresuradas vidas. Necesitamos cada forma de Teatro. Sólo hay un teatro que seguramente no es necesario para nadie, me refiero al teatro de juegos políticos, un teatro de políticas "ratoneras", un teatro de políticos, un inútil teatro de políticos. Lo que sin duda no necesitamos es un teatro de terror cotidiano, ya sea en lo individual o colectivo, lo que no necesitamos es la escena de cadáveres y sangre en las calles y plazas de las capitales o provincias, un teatro falso sobre los enfrentamientos entre religiones o grupos étnicos..." -

"Los verdaderos maestros del teatro se pueden encontrar muy fácilmente lejos del escenario. Y por lo general no tienen interés en el teatro como máquina para reproducir convenciones y clichés. Buscan las fuentes de la pulsión y las corrientes vivas que evitan las salas de representación y a las multitudes que prefieren la copia de un mundo o de otro. Preferimos copiar en vez de crear mundos que inciten al debate con el público, que se centren en las emociones que se acumulan bajo la superficie. En realidad no hay nada que pueda revelar tantas pasiones ocultas como el teatro. A menudo vuelvo a la prosa como una guía. De vez en cuando me sorprendo pensando en escritores que hace casi un siglo profetizaron el declinar de los dioses europeos, y describieron el crepúsculo que hizo sucumbir a nuestra civilización en una oscuridad que aún espera ser iluminada. Estoy pensando en Franz Kafka, Thomas Mann y Marcel Proust, pero también incluiría hoy a John Maxwell Coetzee en este grupo de profetas. Su sentido común sobre el inevitable fin del mundo -no del planeta, sino del modelo de las relaciones humanas- y del orden social y el caos, es considerablemente actual para nosotros hoy día. Para nosotros que vivimos después del fin del mundo. Para nosotros que enfrentamos crímenes y conflictos que se encienden diariamente en nuevos lugares más rápido que los ubicuos medios de comunicación. Estos fuegos se vuelven aburridos muy rápidamente y desaparecen de las noticias, para nunca más volver. Y nos sentimos desprotegidos, horrorizados y acorralados. Ya no podemos construir torres, y las murallas que levantamos obstinadamente, no nos protegen de nada -por el contrario, ellas mismas piden protección y cuidado, lo que nos hace consumir una gran parte de nuestra energía vital. Ya no tenemos la fuerza para tratar de mirar lo que hay más allá de las puertas, detrás de los muros. Y es precisamente por eso que el teatro debe existir y donde debe encontrar su fuerza. Mirar más adentro de lo permitido. "La leyenda busca la explicación de lo inexplicable. Está aferrada a la verdad y debe terminar en lo inexplicable"- así es como Kafka describió la transformación de la leyenda de Prometeo. Siento profundamente que esas mismas palabras deberían describir el teatro. Y ese tipo de teatro que se aferra a la verdad y termina en lo inexplicable, es el que deseo para todos sus trabajadores, para los que están en el escenario y para los que están en el público. Lo deseo con todo mi corazón." -

"Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. Bajo los árboles de pequeñas aldeas y sobre sofisticados escenarios en grandes metrópolis; en salones de actos de colegios y en campos y en templos; en suburbios, en plazas públicas, en centros cívicos y en los subsuelos de las ciudades, la gente se reúne en comunión en torno a los efímeros mundos teatrales que creamos para expresar nuestra complejidad humana, nuestra diversidad, nuestra vulnerabilidad, en carne y hueso, aliento y voz. Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar. Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración ante nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas, y para hacer desaparecer las barreras que nos dividen. Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. Nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones. Utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio entre nosotros. Y nosotros, los artistas que trabajamos con este antiguo espíritu, nos sentimos impulsados a canalizarlo a través de nuestros corazones, nuestras ideas y nuestros cuerpos para revelar nuestras realidades en toda su cotidianeidad y su rutilante misterio. Pero en esta época en la que tantos millones de personas luchan por sobrevivir, sufren bajo regímenes opresivos y el capitalismo depredador, huyen del conflicto y la escasez; en la que nuestra privacidad es invadida por servicios secretos y nuestras palabras censuradas por gobiernos intrusivos; en la que se aniquilan los bosques, se exterminan especies y se envenenan los océanos: ¿Qué nos sentimos impulsados a revelar? En este mundo de poder desigual, en el que distintos órdenes hegemónicos intentan convencernos de que una nación, una raza, un género, una preferencia sexual, una religión, una ideología, un marco cultural es superior al resto, ¿se puede realmente defender la idea de que las artes deberían apartarse de las agendas sociales? Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera?" -

"Hace mucho tiempo, el poder tomó una decisión intolerante contra los comediantes al expulsarlos del país. Actualmente, los actores y las compañías teatrales tienen dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y espectadores, todo a causa de la crisis. Los dirigentes, por tanto, ya no están preocupados por controlar a aquellos que les citan con ironía y sarcasmo, ya que no hay sitio para los actores, ni hay un público al que dirigirse. Por el contrario, durante el Renacimiento, en Italia, los que gobernaban, tuvieron que hacer un esfuerzo importante para mantener a raya a los Comediantes, pues reunían abundante público. Se sabe que el gran éxodo de actores de Commedia dell'Arte tuvo lugar en el siglo de la Contrarreforma, que decretó el desmantelamiento de todos los espacios teatrales, especialmente en Roma, donde fueron acusados de ofender a la ciudad santa. En 1697, el Papa Inocente XII, bajo la presión de insistentes requerimientos del ala más conservadora de la burguesía y de los máximos exponentes del clero, ordenó la eliminación del Teatro Tordinona que, según los moralistas, había acogido el mayor número de representaciones obscenas. En la época de la Contrarreforma, el cardenal Carlos Borromeo, que estuvo activo en el norte de Italia, se consagró a la redención de los 'niños milaneses', estableciendo una clara distinción entre el arte, como la máxima expresión de educación espiritual, y el teatro, la manifestación de lo profano y lo vanidoso. En una carta dirigida a sus colaboradores, que cito de memoria, se expresa más o menos así: "Los que estamos resueltos a erradicar las malas hierbas, hemos hecho lo posible por quemar textos que contienen discursos infames, para extirparlos de la memoria de los hombres, y al mismo tiempo perseguir a todos aquellos que divulgan esos textos impresos. Evidentemente, sin embargo, mientras dormíamos, el diablo maquinó con renovada astucia. ¡Hasta qué punto es más penetrante en el alma lo que los ojos pueden ver que lo que puedan leer de los libros de ese género! ¡Hasta qué punto más devastadora para las mentes de los adolescentes y niños es la palabra hablada y el gesto apropiado, que una palabra muerta impresa en un libro. Por tanto es urgente sacar a las gentes de teatro de nuestras ciudades, como lo hacemos con las almas indeseables." Por tanto, la única solución a la crisis se basa en la esperanza de que se organice una gran caza de brujas contra nosotros y especialmente contra la gente joven que desea aprender el arte del teatro: Una nueva diáspora de Comediantes que, desde tal imposición, sin lugar a dudas provocará beneficios inimaginables por el bien de una nueva representación" -

"Eso que dicen que el teatro es un espejo de la realidad, pues a mí no me interesa. Para mí el teatro tiene que enseñar otras rea-lidades, otras formas, realidades asociadas sobre todo a mayor libertad. Todos vivimos con tan poca libertad que no nos permitimos muchas cosas, gritar, cantar, tirarse al suelo, hay muchas cosas que no nos las permitimos y que son cosas humanas. En el teatro a veces lo que me gustaría es que el espectador sienta envidia." -

"Habría que cerrar los teatros por un año, y ver si la gente nota la diferencia, y si no, el teatro no está cumpliendo su misión..." -

"El teatro es un camino de autoconocimiento, primero que nada. Es importante que uno lo enfoque en esa fórmula, que al final a lo que te lleva es al autoconocimiento de tí como individuo, como persona, como ente creativo." -

"El ser se vuelve humano cuando descubre al teatro." -

"Grandes debates, "la crisis del teatro". El teatro es crisis. Esa es en realidad la definición del teatro (debería serlo). Sólo puede funcionar como crisis y en crisis; de lo contrario, no tiene ninguna relación con la sociedad fuera del teatro." -

"El Teatro es en 3D desde siempre" -

"Concibo el teatro como un lugar de encuentro, de comunión, de identidad colectiva. Es el “palacio de las maravillas”, como decía Meyerhold. Allí alimentamos nuestro corazón, nuestro estómago, nuestro cuerpo, todo. Vamos al teatro para tener confianza unos en otros. Incluso cuando vemos una tragedia, la Orestea por ejemplo, el hecho de verla juntos, de ver que los actores se han tomado tanto tiempo para elaborar ese espectáculo, nos va a devolver la confianza en el ser humano. Incluso en el silencio, a través de la piel, nos decimos que nos parecemos. El público se habla aún sin hablarse. Creo que el teatro es una especie de milagro. En ese momento compartido con nosotros, los actores se ponen la máscara y los espectadores se la sacan. Creo que el teatro es, durante algunas horas, una utopía. 600 personas que respiran juntas, que no se matan, que no se pelean todo el tiempo, que se miran, que se hablan. El teatro es un reflejo de lo que el mundo podría ser." -

"Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo" -

"¿Qué hacer con el teatro? Mi respuesta, si tengo que traducirla en palabras, es la siguiente: una isla flotante, una isla de libertad. Irrisoria, porque es un grano de arena en el torbellino de la historia y no cambia el mundo. Pero es sacra, porque nos cambia a nosotros." -

DESCUBRE OTRAS CELEBRES FRASES DE DANZA

"El Teatro no es teatro si no está el público. El teatro puede ser cualquier cosa menos soledad. Y si es soledad es una soledad compartida." -

Epitafio en la tumba de Moliere: "Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien"

"El Teatro es una celebración entre todos los artistas y técnicos que componen el trabajo y el público que está en la sala. Cuando esa celebración se produce, lo que no siempre ocurre, todos ellos saben que algo ha cobrado sentido y eso no pasa por los contenidos de la obra." -

"El Teatro es una isla que no se debe dejar perder" -

"Creo que el teatro es entusiasmo, pasión, compromiso. También conduce a la aventura. No es una actividad prudente, es una actividad muy peligrosa. Pero el peligro puede llegar de muchas formas. Hay muchas maneras de expresar el riesgo vital que es la esencia misma del teatro." -

"No somos libres. Y el cielo puede caernos sobre la cabeza. Y el teatro està hecho para enseñarnos eso." -

"El teatro sirve. Desempeña un papel muy importante en la necesidad excesiva y cotidiana de belleza, visión y felicidad que todos tenemos." -

"El teatro es - si se considera al teatro como medio en un paisaje mediático - el único lugar donde todavía ocurren cosas en vivo. El espectador está físicamente presente, el actor está presente físicamente, no es una conserva y cada función es diferente, aunque se trate de la misma obra, la misma puesta en escena, los mismos actores, incluso si el público fuera el mismo: cada función es distinta. Aquello sobre lo que puede existir consenso en el teatro, pese a todas las diferencias en el público - es decir, intereses diversos, necesidades distintas, pero hay un denominador común -, es el terror, es decir, el miedo a la transformación. La transformación última es la muerte, en el teatro ... El elemento básico del teatro es la transformación, entonces el teatro siempre tiene que ver con la muerte y es un exorcismo, si es que es bueno. Eso es lo que la gente no obtiene de la televisión ni tampoco del cine. - Alguna vez Chaikin lo formuló así, una vez hablamos de eso: lo específico del teatro no es sólo la presencia del actor vivo y del espectador vivo, sino la presencia del actor que muere y del espectador que muere. El momento en que uno está vivo, es uno que se acerca a la muerte; uno vive aproximándose a la muerte y siempre un actor puede morir en el escenario, por una casualidad o lo que sea; también puede morir un espectador durante la representación de la obra. Si un espectador de televisión muere, la televisión no lo nota, eso no afecta en absoluto la emisión del programa. Eso es justamente lo que el teatro no puede ignorar. Justo ahí radica la posibilidad que tiene el teatro, en el no poder ignorar algo así. En el teatro el ser humano no es intercambiable del todo; tampoco lo es el actor. Cuando se hace alguna modificación en el reparto, es necesario pensar un momento quién es el actor adecuado o la actriz adecuada. No se puede reemplazar a un actor por cualquier actor." -

"Nosotros no queremos decirle a nadie cómo tiene que pensar acerca de las cosas, pero sí que vaya reflexionando sobre ellas. Y, a partir de allí, se creará en el público una manera de pensar y de hacer que será la interesante, porque creemos que el teatro y las artes escénicas han de ser así." -

"En el teatro la palabra alcanza su culmen: estar viva. Emitida por una garganta viva se dirige a seres vivos (los espectadores) por seres vivos (los actores). Adquiere su misión concreta, precisa y perecedera: servir sólo para esa cir­cunstancia irrepetible. Además el teatro tiene algo de tóxico, contagioso, sibilino y exuberante. Precisa de una comunidad en comunión. Involucra, conecta, perturba, pero en grupo y a una hora fija. Sin saber para qué. Casi para nada, y también casi para todo. EI teatro es un aquí y ahora. En esto consiste el reto teatral para mí, y es este reto el que hace del teatro, a veces, casi un milagro." -

"El teatro es el testimonio presente y directo, como ninguna otra disciplina artística puede hacerlo. No hay nada tan emocionante como el teatro, que es un espacio donde confluye todo, la música, la danza, las artes plásticas… Allí se pueden expresar en conjunto todas de las artes que se pueda imaginar. Por eso el teatro es emocionante" -

"Existen varias hipótesis sobre los orígenes del teatro, pero la más estimulante tiene la forma de una fábula: una noche, en tiempo inmemorial, un grupo de hombres se habían reunido en una caverna para calentarse en torno a un fuego y contarse historias. Cuando, repentinamente, uno ellos tuvo la idea de levantarse y de utilizar su sombra para ilustrar su relato. Al ayudarse con la luz de las llamas, hizo patentes sobre las paredes de la cueva a unos personajes de tamaño mayor que los naturales. Los otros, deslumbrados, reconocieron en las sombras al poderoso y al débil, al opresor y al oprimido, al dios y al mortal. Hoy día, la luz de los proyectores sustituye a la fogata inicial y la maquinaria de escena, a las paredes de la caverna. Y con todo respeto a algunos puristas, esta fábula nos recuerda que la tecnología es la causa incluso del teatro y que no debe percibirse como una amenaza, sino más bien como un elemento enriquecedor. La supervivencia del arte teatral depende de su capacidad para reinventarse integrando nuevas herramientas y nuevas lenguas. ¿Si no, cómo el teatro podría seguir siendo el testigo de todas las grandezas y de lo que está en juego en su tiempo y, al mismo tiempo, promover el acuerdo entre los pueblos, si él mismo no demostrara apertura? ¿Cómo podría jactarse de ofrecer soluciones a los problemas de la intolerancia, la exclusión y el racismo, si, en su práctica propia, se negase a todo mestizaje y a toda integración? Para representar al mundo en toda su complejidad, el artista debe proponer formas e ideas nuevas, confiando en la inteligencia del espectador, que es capaz así mismo de distinguir la silueta de la humanidad dentro del perpetuo juego de luces y sombras. Es cierto que jugando mucho con el fuego, el hombre corre el riego de quemarse, pero así alberga también la esperanza de convencer y de iluminar." -

"¿Qué es la cosa Teatro? La cosa Teatro, como la cosa hombre, es muchas, innumerables cosas diferentes entre sí que nacen y mueren, que varían, que se transforman hasta el punto de no parecerse a primera vista, nada una forma de la otra. [..] El juego, arte o técnica de la diversión, al ser todo un lado de la humana cultura, ha creado innumerables formas de distraerse y esa formas están jerarquizadas de las menos a las más perfectas. [..] La forma más perfecta de la evasión al otro mundo son las bellas artes [..] porque consiguen, en efecto, libertarnos de esta vida más eficazmente que ninguna otra cosa. [..] Pues bien, lo que constituye la cima de esos métodos de evasión que son las bellas artes, aquello que más completamente han permitido al Hombre escapar de su penoso destino, ha sido el Teatro en sus épocas de “ser en forma” – cuando por coincidir con su sensibilidad actor, escena y poeta conseguía ser plenamente arrebatado por la gran fantasmagoría del escenario. En nuestro tiempo esto no acontece; ni la escena, ni el actor, ni el autor se hallan a la altura de nuestros nervios, y la mágica metamorfosis, la prodigiosa transfiguración no suelen producirse. Nuestro Teatro actual no está a lapage de nuestra sensibilidades y es la ruina del Teatro. Pero en esas épocas a que el principio me referí, generaciones y generaciones de hombres han logrado durante muchas horas de su vida, merced al divino escapismo que es la farsa, la suprema aspiración del ser humano: Han logrado ser felices." -

"Creo que en el teatro el público tiene una mayor responsabilidad que en el cine o en la música, porque requiere una actitud más activa y por tanto más poderosa que en el resto de artes. El público es quien decide adónde llega su atención mientras que en el cine, por ejemplo, es la cámara. Lo que aporta el teatro es la sensación de poder del público que conlleva a la vez una gran responsabilidad: la escucha" -

"Quizá ahora el teatro está menos condicionado por los avatares, las limitaciones y lo comercial que afectan a otras artes, como el cine. Creo que el teatro es un espacio de libertad más seguro para la creación. Pero sobre todo lo que hace al teatro único es la experiencia de tipo personal, que no está mediada por una pantalla (incluso las relaciones personales están mediadas por pantallas planas y táctiles). Lo insólito del teatro es un escenario vivo, donde no hay una realidad virtual, ni tiene pantalla. Es ese espacio de libertad, de experiencia directa y compartida" -

"El teatro siempre aporta el movimiento de sentimientos de las personas a través de un texto y de los actores. Lo hermoso del teatro es que mueve a los sentimientos del público. Y que no hay una función igual que otra, con eso no puede competir el cine, y ni siquiera la danza" -

"Muy joven descubrí el amor por el mundo fascinante del Teatro. Pude entender y aprovechar su verdadera esencia cuando empecé a crear, dirigir y actuar en una obra teatral de carácter político que provocó la cólera de las autoridades de la época. Confiscaron todo lo que se encontraba en el teatro, y procedieron a su cierre ante mis propios ojos. El espíritu del Teatro que vivía en mí no tenía otra elección, frente a los soldados armados, que la de refugiarse y aferrarse a mi conciencia. En ese momento comprendí la fuerza y el poder del Teatro frente a quienes no toleran la opinión de los otros, y aprendí, con certeza, el papel grave e importante que el Teatro puede desempeñar en la vida de los pueblos. Durante mis años de estudiante universitario en El Cairo, la escena penetró en lo profundo de mi conciencia y echó raíces, leí todo cuanto se escribía sobre el Teatro y tuve ocasión de asistir a los espectáculos más diversos. Este descubrimiento profundizó en años posteriores y hoy, el Teatro continúa interesándome de manera general. He aprendido a través de mis lecturas desde la antigua Grecia hasta nuestros días, la magia potencial que el mundo del Teatro contiene y su capacidad para descubrir las profundidades del alma humana y revelar sus misterios. El Teatro constituye un factor de unificación de los seres humanos, y el hombre puede a través de él, llenar el mundo de amistad y abrir horizontes de diálogo entre los pueblos, sin distinción de raza, color o creencia. Ha sido para mí un factor suplementario para aceptar al Otro tal cual es. He comprendido, también, que el bien unifica a los seres humanos y que el mal los separa. Las guerras que han golpeado a la humanidad desde los viejos tiempos han encontrado profundas justificaciones en las intenciones maléficas que no saben apreciar la belleza. Y la belleza perfecta solo se encuentra en el Arte del Teatro, recipiente que contiene todas las Bellas Artes. El que no saborea la belleza no puede apreciar el valor de la vida; y el Teatro es la vida. Necesitamos hoy rechazar las guerras, absurdas en todas sus formas, y las discrepancias dogmáticas que flagelan, en ausencia de un freno moral, los espectáculos de violencia y asesinatos ciegos que van a sumergir al planeta en un mundo siniestrado por epidemias endémicas o los problemas de desertización y sequía. Todo ello es causado por la ausencia de un diálogo auténtico que posibilite hacer de este mundo un lugar donde vivir juntos. Amigos del Teatro, una tempestad se desencadena sobre nuestro planeta causada por la violencia de un torbellino de sospechas y suspicacias, que amenaza con impedirnos tener una visión clara de las cosas. Nuestras voces son sofocadas y no llegan a todos los oídos a causa de la violencia y la división entre los pueblos. Esta tempestad amenaza con desviarnos para alejarnos a unos de los otros. Debemos oponernos a los que hacen sonar la corneta para desencadenar tempestades; no para destruirlos, sino para alejarnos de atmósferas contaminadas y consagrar nuestros esfuerzos a la comunicación y establecimiento de relaciones amistosas, con quienes predican la fraternidad entre los pueblos. Si el Teatro depende de la vida, nosotros estamos avocados a la desaparición." -

"Yo no distinguiría demasiado el teatro de otras artes, porque precisamente el teatro es un lugar sagrado, donde se pueden juntar todas. Por eso llevamos haciéndolo desde nuestros ancestros, antes incluso de los griegos. Es una especie de celebración de la vida, y nos sirve para entendernos a nosotros mismos y al resto de los hombres. El teatro no se queda solamente en la interpretación de los textos, sino que además lo hace utilizando todas las artes y enfocándolas en una misma dirección" -

"El Día Mundial del Teatro es una oportunidad para celebrar el teatro en todas sus muchas formas. El teatro es una fuente de entretenimiento e inspiración con la habilidad de unificar las muchas diversas culturas y gentes que existen en el mundo. Pero el teatro es más que eso, además provee oportunidades de educar e informar. El teatro se realiza en todo el mundo, y no siempre en el edificio de un teatro tradicional. Las representaciones pueden ocurrir en una pequeña aldea en África, junto a una montaña en Armenia, en una diminuta isla en el Pacífico. Todo lo que necesita es espacio y una audiencia. El teatro tiene la habilidad de hacernos sonreír, de hacernos reír, pero también tendría que hacernos pensar y reflexionar. El teatro se produce a través de trabajo en equipo. Los actores son la gente que se ve, pero hay una sorprendente cantidad de personas que no se ven. Ellos son igual de importantes que los actores y sus diferentes y especializadas destrezas hacen posible que una producción se lleve a cabo. Ellos también deben compartir los triunfos y éxitos que puede – con suerte - haber. El 27 de Marzo es el Día Mundial del Teatro oficialmente. De muchas maneras, cada día debería ser considerado día del teatro, porque tenemos la responsabilidad de continuar la tradición de entretener, educar e iluminar a nuestras audiencias, sin las cuales no existiríamos." -

"El teatro aporta un espectáculo vivo, donde el público es el único que puede alterar lo que pasa en escena" -

"Concibo el Teatro como un lugar de encuentro, de comunión, de identidad colectiva. Es el “palacio de las maravillas”, como decía Meyerhold. Allí alimentamos nuestro corazón, nuestro estómago, nuestro cuerpo, todo. Vamos al teatro para tener confianza unos en otros. Incluso cuando vemos una tragedia, la Orestea por ejemplo, el hecho de verla juntos, de ver que los actores se han tomado tanto tiempo para elaborar ese espectáculo, nos va a devolver la confianza en el ser humano. Incluso en el silencio, a través de la piel, nos decimos que nos parecemos. El público se habla aún sin hablarse. [...] En las grandes ciudades como París o Buenos Aires es increíble que la gente vaya al teatro, porque las personas salen del trabajo cansadas y en vez de ir a ver tonterías a la televisión, vienen a vernos y pagan. Creo que el teatro es una especie de milagro. En ese momento compartido con nosotros, los actores se ponen la máscara y los espectadores se la sacan. Compartir la comida es un signo de amistad, de ternura, tenemos ganas de que estén bien alimentados, de que no tengan hambre durante el espectáculo. De que tengan tiempo de calmarse y de olvidarse de las situaciones conflictivas del día o de su trabajo. Creo que el teatro es, durante algunas horas, una utopía. 600 personas que respiran juntas, que no se matan, que no se pelean todo el tiempo, que se miran, que se hablan. El teatro es un reflejo de lo que el mundo podría ser" -

"El teatro es el lugar donde somos capaces de mirarnos con la distancia suficiente para explicarnos como seres humanos; nos obliga a ponernos en el lugar del otro. El teatro es el espacio del diálogo por excelencia, donde nos reconocemos socialmente, y hoy en día más que nunca, frente a explicaciones apresuradas. Es el lugar que propicia una panorámica sobre el comportamiento individual y social, el lugar donde se hace más compleja la mirada y por tanto donde surgen preguntas renovadas sobre nuestra propia condición, y las contradicciones que habitamos. Es el lugar por excelencia del conocimiento colectivo, a través de una praxis lúdica, festiva y profundamente democrática. Es la renovación del ágora" -

"Para que el teatro se salve es necesario destruirlo, que todos los actores y actrices se mueran de peste. Ellos tornan el arte posible." -

"El teatro no puede cambiar el mundo, pero si que puede darnos un respiro" -

"Todos los días deben ser días mundiales del teatro, porque en estos 20 siglos, siempre ha estado encendida la llama del teatro en algún rincón de la tierra. Al teatro, siempre se le ha decretado la muerte, sobretodo con el surgimiento del cine, la televisión y ahora los medios digitales. La tecnología invadió los escenarios y aplastó la dimensión humana, se intentó un teatro plástico, cercano a la pintura en movimiento, que desplazó la palabra. Hubo obras sin palabras, o sin luz o sin actores, sólo maniquíes y muñecos en una instalación con múltiples juegos de luces. La tecnología intentó convertir al teatro en fuego de artificio o en espectáculo de feria. Hoy asistimos a la vuelta del actor frente al espectador. Hoy presenciamos el retorno de la palabra sobre el escenario. El teatro ha renunciado a la comunicación masiva y ha reconocido sus propios límites que le impone la presencia de dos seres frente a sí que se comunican sentimientos, emociones, sueños y esperanzas. El arte escénico está dejando de contar historias para debatir ideas. El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida. El teatro es un hecho vivo que se consume a sí mismo mientras se produce, pero siempre renace de las cenizas. Es una comunicación mágica en la que cada persona da y recibe algo que la transforma. El teatro refleja la angustia existencial del hombre y desentraña la condición humana. A través del teatro, no hablan sus creadores, sino la sociedad de su tiempo. El teatro tiene enemigos visibles, la ausencia de educación artística en la niñez, que impide descubrirlo y gozarlo; la pobreza que invade al mundo, alejando a los espectadores de las butacas y la indiferencia y el desprecio de los gobiernos que deben promoverlo. En el teatro hablaron los dioses y los hombres, pero ahora el hombre habla a otros hombres. Por eso el teatro tiene que ser más grande y mejor que la vida misma. El teatro es un acto de fe en el valor de una palabra sensata en un mundo demente. Es un acto de fe en los seres humanos que son responsables de su destino. Hay que vivir el teatro para entender qué nos está pasando, para transmitir el dolor que está en el aire, pero también para vislumbrar un rayo de esperanza en el caos y pesadilla cotidiana. ¡Vivan los oficiantes del rito teatral! ¡Viva el teatro!" -

"El Teatro es el juego más divertido y más completo que conozco, no hay mayor juego que el teatro. Es o todo o nada, un juego que me permite disfrutar y hacerme tanto con lo bueno como con lo malo de la vida. Es un vehículo para ponerme frente a un espejo exterior e interior y observar, si entro al juego consigo que también se reflejen los demás, el público que viene a ver el espectáculo" -

"¡El teatro está vivo, que se levante el telón! De pronto, como cosa de locos, circula el rumor de que el teatro ha muerto. Que junto con la pintura, la danza y la música contemporáneas están siendo enterrados, porque pertenecen a esa cultura caduca de un puñado de megalómanos que se niega aceptar que el nuevo hombre del siglo XXI es otro, gracias a la globalización y a la revolución informática. El aviso de defunción, lo podemos comprobar, está implícito diariamente. La muerte civil de estas artes es anunciada todos los días en el periódico al no ocuparse de ellas. Los únicos comentarios serios que existen son para el cine (en buena hora). Para las otras seis artes… ni la mínima reflexión. Ante ese rumor… hay que salir al frente. Aunque la batalla sea un desperdicio. Después de todo, el teatro ha nacido con el hombre y morirá con el hombre. Así es. Así será. Sin embargo, a nosotros, gente de teatro, nos toca demostrar todo el tiempo que el arte está vivo, que el teatro está vivo. Tanto como la cultura a la que la banalidad pretende decapitar. A nosotros, digo, porque somos quienes asumimos quizá mejor que nadie el valor de lo que hacemos, el sentido profundo que tiene el teatro, lo que significa para la sensibilidad, la comunicación, el juego, el disfrute y sobre todo, para el conocimiento del ser humano y su relación en sociedad. No hay arte más completo que el teatro. No hay laboratorio más perfecto para examinar las pasiones del hombre, sus bondades y miserias, su trascendencia y su pequeñez. El teatro es esa realidad virtual que nos permite mirarnos desnudos en mente y corazón, esa realidad alternativa y paralela donde las relaciones de los reyes y los vasallos, los ricos y los pobres, los locos y los cuerdos, en fin… del hombre y la mujer y el mundo entero con todos sus matices, se vuelcan en el escenario de nuestro espíritu para entenderlas mejor. Para hacernos mejor. Y si el teatro no estuviera vivo sino agonizante, es de nosotros la responsabilidad. A nosotros, gente de teatro, nos toca cuidarlo. Tratando de ser humildes y sabios, llevando al extremo nuestra disciplina, trabajando con esfuerzo y talento, considerando y agradeciendo al que viene a compartir con nosotros dos horas de su vida y no castigándolo con la suspensión de la función porque no vino más gente, considerando la puntualidad en las funciones no castigando al que vino temprano con su espera al remolón, escogiendo y entregando obras que involucren a los espectadores y no partiendo de “retos” narcisistas que nos gustaría interpretar. No regalando nuestro trabajo. Estudiando, analizando, confrontando, respetando nuestra profesión para exigir también ese respeto. No convirtiendo en soberbia nuestros aciertos ni dejándonos deslumbrar por un fulgor pasajero. El teatro es nuestra riqueza, nuestro aporte a la historia de todos los tiempos, nuestra fe y nuestro lugar de redención. El teatro porque es una forma de docencia, un sacerdocio, una vitrina del comportamiento humano, nos exige una inmensa responsabilidad. Esa responsabilidad es nuestro equipaje que, aunque pesa, no podemos abandonar a la mitad del camino si queremos seguir andando. Todo lo demás, es responsabilidad de los demás. El teatro está vivo, porque nosotros estamos vivos. Y estamos aquí para defenderlo. Y porque el teatro es sobre todo la fiesta del espíritu, ¡que se levante el telón!" -

"El teatro no se hace para cantar las cosas, sino para cambiarlas" -

"El teatro es tan infinitamente fascinante, porque es muy accidental, tanto como la vida" -

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